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| | FICS: EL CORAZÓN DEL MÚSICO...by Arriam | |
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arriam Mugiwara-B50
Cantidad de envíos : 23 Edad : 42 Localización : Tratandole de quitar la mascara a Kakashi... Fecha de inscripción : 01/12/2008
| Tema: FICS: EL CORAZÓN DEL MÚSICO...by Arriam Mar Dic 02, 2008 12:52 am | |
| Ojayoooo!!!!....bienvenidos a todos los minas, nakamas y kuronekos amantes del manga y el anime...por petición de un querido amigo traigo para ustedes mi primer fics de D.Gray-Man, llamado "El Corazón del Músico". D.Gray-Man es un manga y anime de corte gotico con una trama muy interesante a mi parecer. La historia aunque se inspira en el argumento base es completamente original y no está publicada en sitios como Fanfictión.net ni Livejournal. Agradezco a los lectores del mismo que si consideran mi relato digno de compartir en otros fansubs o foros, soliciten el permiso correspondiente para así evitarnos malos ratos. Promovamos el respeto al derecho de autor y no permitamos el plagio descarado. Ahora a lo formal.... la historia original y los personajes de D.Gray-Man son de Hoshino Katsura. El personaje principal es de mi propia autoría y aunque trato de serle fiel a la trama hay variaciones (uff que es una adaptación). No tiene un total de capitulos, por los momentos son dieciseis en total y quien sabe hasta donde llegue (pidamos a Sensei Hoshino que no dure una eternidad para terminar el manga, mi fuente de inspiración) y publicaré preferiblemente los domingos.- Spoiler:
EL CORAZON DEL MUSICO
CAPITULO I Dulces Sueños, Amarga Realidad
Un rayo de luna traspasaba la entreabierta ventana y se posaba juguetonamente sobre su alabastrino rostro haciendo que este resplandeciera en forma casi irreal, sus suaves cabellos azabaches caían desordenados entre las sedas y encajes del lecho revuelto. Tenía un aire sosegado y apacible al dormir, pero sus sueños distaban de la tranquilidad que transmitía... él era casi real pero cuando estaba apunto de tocarlo se desvanecía, esto la desesperaba cada vez más. Sabía que lo conocía, que en un pasado distante sus labios se habían unido más de una vez, que sus cuerpos se habían fundido en el fuego de la pasión y sus almas eran una sola. Sin embargo, no podía recordar su nombre, solo sus ojos grises y su sonrisa amable estaban siempre presentes en sus pensamientos. -¿Quién eres?, ¿Donde estas?, ¿Cuándo regresaras a mi lado?...- eran las preguntas que la atormentaban al despertar de ese repetitivo sueño... A veces casi podía escuchar su nombre, pero cada vez que lo pronunciaba, el sonido era acallado por una brisa que era como el batir de miles de alas de mariposas alrededor, impidiéndole escucharlo con claridad. Y a pesar que en esas ocasiones despertaba presa de una infinita tristeza y bañada de un mudo llanto que no lograba comprender, esperaba impaciente la hora de entregarse de nuevo a las sombras para reunirse con su anónimo amante, de compartir con él una vez más la calidez de un abrazo y el regocijo de un beso… Pero esa noche todo era diferente... se despertó repentinamente de su ensueño con la garganta seca y un presentimiento funesto en su alma. Se levanto suavemente de la cama con la intención de buscar un vaso con agua, sin embargo un extraño ruido en el pasillo la paró en seco y la puso alerta. Algo estaba mal, mortalmente mal... un escalofrió recorrió su espina y el miedo hizo nido en su corazón. Poco a poco se acerco a la puerta de su habitación y la entreabrió... lo que vio la dejó atónita… Un hombrecillo regordete de orejas puntiagudas y extraño sombrero de copa hablaba con la guardiana de piso, la cual había cambiado totalmente su expresión afable por una de total maldad, mientras que tres seres grotescos merodeaban en la gran mansión. Cerró sigilosamente la puerta, volvió en sus pasos y temblorosa se escondió entre las pesadas cortinas. Sabía muy bien quien era ese extraño ser por lo que le había contado su tutor, lo que no se esperaba es que la hubiese encontrado tan pronto… las preguntas se arremolinaban su cabeza, sin embargo ese no era el momento para elucubraciones inútiles, debía escapar a como diese lugar, debía buscar una salida y rápido. Tomo una repentina decisión, a pesar de la altura la única salida posible era la ventana… solo le dio tiempo de tomar la única cosa de valor que poseía y rápidamente se apeo a la balaustrada de su balcón utilizado la enredadera que sobresalía como escalera. Con esfuerzo había logrado bajar y emprendió una carrera por el oscuro jardín cuando en fracción de segundos varias detonaciones rompieron la noche, convirtiendo lo que había sido su hogar por años en fuego, terror y dolor… Sin mirar atrás siguió corriendo con todas sus fuerzas… no había tiempo de llorar, no había tiempo de lamentarse, ni siquiera de asegurarse que hubiesen supervivientes de tales ataques… internamente intuía que había escapado de una muerte segura, que todos en el internado ya estaban muertos y que lo único que podía hacer por ellos era sobrevivir… Todavía no era hora… no estaba lista para enfrentarse al Conde ni a ellos, no sola, no sin él…. A pocos kilómetros un joven de cabellos blancos, ojos grises, una estrella invertida sobre su ojo izquierdo y cicatriz que le marcaba el rostro regresaba de una misión. Había sido una misión de rutina, nada especial solo aclarar los rumores que se cernían en una pequeña localidad francesa, sin embargo el joven exorcista y su compañero el conejo no encontraron nada extraordinario en la misma, nada que indicara la existencia de una inocencia, por lo que decidieron partir prontamente hacia las nuevas instalaciones de la Orden... En el tren Allen dormía, y en sus sueños veía a una hermosa joven de unos 15 años aproximadamente que huía desesperada de unos Akumas, él trataba de alcanzarla, la llamaba angustiado... pero ella parecía no escucharlo, era como si una barrera invisible no le permitiera acercársele... tenía que ayudarla a como diera lugar, presentía que si no lo hacía perdería lo más importante que tenía en la vida. -Allen... Allen, despierta...- le llamo Lavi preocupado. Su compañero lo zarandeaba repetitivamente para que despertase ya que se había percatado de que su pequeño amigo estaba muy agitado y murmuraba frases incoherentes… -Allen por favor despierta, despierta ya…- en eso el chico abrió los ojos sobresaltado y le dijo a su compañero… -debemos ayudarla, si no la ayudamos ella, esa persona podría…- no culminó la frase como temiendo que si solo pronunciaba esas palabras podrían convertirse en realidad… -¿Qué persona Allen?, ¿a quien tenemos que ayudar?...- dijo extrañado el pelirrojo. No lo sé Lavi, no lo sé… decía el chico angustiado… Tratando de calmar al más chico y con su característico desparpajo le contesto: -¡Baaa! solo es un sueño, un mal sueño nada más Allen…- -Ojala pudiera estar tan seguro Lavi, ojala solo sea un sueño como tu dices…- y luego de decir estas palabras y tratar de tranquilizar a Timcampy que revoloteaba inquieto a su alrededor, dio un profundo suspiro y sin convencimiento dirigió su mirada al paisaje que se veía fuera de la ventana del tren… Durante el resto de la travesía Allen no articulo ni una sola palabra, pero dentro de su interior el desasosiego lo carcomía. Nunca se lo había dicho a sus amigos, pero desde que activará su Inocencia al cien por ciento y desde que se percatará de la cercanía de la sombra… los sueños con esa joven habían comenzado… Al principio, en esos sueños solo se veían sin articular palabra alguna, eran como una película, donde todo era distante, ajeno, como un simple recuerdo. Pero al pasar de los días se convirtieron en algo más vivido; eran más cálidos, tiernos, dulces, y en ocasiones apasionados y fogosos… Podía recordar con claridad cada palabra susurrada por esos labios, las frases amorosas dichas entre beso y beso… los profusos abrazos y las ardorosas caricias que compartían con desesperado placer. Más de una vez se levanto empapado de sudor y excitado, deseando con sorpresa y anhelo tenerla a su lado. Todo era tan real, tan verdadero que podía embriagarse con su olor a violetas y sentir la seda de sus negros cabellos caer en su pecho luego de haberse entregado mutuamente… -“Me estoy volviendo loco”-, se dijo para sí…. -“si tan solo pudiera contárselo a alguien sin parecer un pervertido”…- y se arrellano más en el asiento pero esta vez viendo a su compañero que parloteaba sin parar y a Tim tratando de llamar su atención… -“y si se lo cuento a Lavi… no definitivamente no”…- se corrigió inmediato. Contárselo a Lavi era como cavar su propia tumba, era arriesgarse a que toda la Orden se enterara y lo catalogaran de depravado y que el Supervisor Komui prácticamente lo castrara por temor a que se sobrepasase con Lenalee… definitivamente Lavi no era una buena opción y otro suspiro pesado escapo de sus labios… Pronto llegaron a la estación y descendieron del tren sin ningún apuro. Estaban casi a dos días de viaje; el resto del camino tendrían que realizarlo a pie y luego en un pequeño barco que los esperaba para llevarlos a pocos metros de la Orden… tenían que ser cuidadosos para no dejar al descubierto el establecimiento de la nueva sede, de allí la decisión del jefe Komui de realizar misiones en zonas colindantes de manera tradicional… ya habían sufrido muchas perdidas y no se podían dar el lujo de un nuevo ataque del Conde o que encontraran la nueva ubicación del arca. Comenzaron su camino, tenían que pasar primero por un extenso bosque que estaba cercano a una gran y antigua mansión que por señalamientos de su comunicativo amigo sabía que era un famoso internado para señoritas de alta sociedad, sin embargo algo llamó la atención del joven peliblanco… -“Lavi mira hacia la colina. ¿No es eso humo?”...- No había terminado de pronunciar esas palabras cuando de repente sintió un estremecimiento y su ojo izquierdo reacciono… -“¡Akumas!”- dijo, -¡Akumas muy cerca de aquí!- Y ambos jóvenes se prepararon para el inminente enfrentamiento… Se apresuraron hacia el sitio y no habían avanzado sino unos cuantos metros cuando Allen sin más paro en seco… de repente se le helo la sangre, vio a su alrededor y se percato en donde estaban…. era el mismo escenario que en su sueño… Lavi extrañado de la actitud de su amigo le preguntó que le pasaba, pero no conseguía respuesta… solo escucho un -¡No puede ser!,- y como sin más explicación se transformaba en el payaso blanco y se dirigía sin esperarlo hacia lo profundo del bosque. Allen continuaba hacia adelante sin reparar en sus acciones… intuía que si se detenía tan solo un minuto para esperar a su amigo sería demasiado tarde… y de repente la vio… vio como corría desesperada perseguida por un grupo de Akumas de Nivel II y III. Era ella. Solo tenia un diáfano camisón de encaje para cubrirla… sus negros y largos cabellos ondeaban mientras corría descalza por el camino de tierra… sus pies estaban lastímanos por la carrera por lo que se tropezaba constantemente hasta que perdió el equilibrio y callo al duro suelo desfallecida por el esfuerzo…. Allen no espero y en fracciones de segundos no tardó de llegar a ella frenando el ataque mortal sobre el inmóvil cuerpo… debía impedir a toda costa que le pasara algo… no podía dejar que la lastimaran porque estaba más que seguro que si algo le ocurriera él y la Orden Negra se lamentarían profundamente.
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| | | Kurogane Administrador
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| | | | arriam Mugiwara-B50
Cantidad de envíos : 23 Edad : 42 Localización : Tratandole de quitar la mascara a Kakashi... Fecha de inscripción : 01/12/2008
| Tema: Re: FICS: EL CORAZÓN DEL MÚSICO...by Arriam Mar Dic 02, 2008 1:19 am | |
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| | | arriam Mugiwara-B50
Cantidad de envíos : 23 Edad : 42 Localización : Tratandole de quitar la mascara a Kakashi... Fecha de inscripción : 01/12/2008
| Tema: Re: FICS: EL CORAZÓN DEL MÚSICO...by Arriam Sáb Dic 06, 2008 9:44 pm | |
| Hola a todos, aqui les traigo el segundo capitulo de este fics, espero les guste.... - Spoiler:
CAPITULO II Determinación. Pequeñas Batallas. En la Orden Negra todo era un gran revuelo. La noticia que Allen había llegado a con una hermosa joven en brazos directo a la enfermería y sin informárselo a los superiores fue la comidilla del día entre los buscadores y los demás exorcistas… Luego de dejar en manos de la enfermera su preciada carga y ser atendido por el Supervisor en jefe, quien por alguna extraña razón o a sabiendas de lo que le esperaba al chico por tan imprevista decisión de llevar a las instalaciones a una desconocida, no hizo ningún comentario sobre ello, Allen se dispuso e enfrentarse a LeVerrier. Sin embargo eso no le importaba en absoluto, por primera vez estaba más que decidido a imponerse sobre la permanencia de la chica en la Orden. No dejaría que la apartaran de su lado, no de nuevo…. Al entrar en la oficina del Inspector General, instintivamente apretó la mano donde tenia el relicario que la chica le había entregado antes de caer inconsciente durante la batalla, esto le proporcionó el valor que necesitaba, y antes de que este hablara y viéndolo en forma desafiante le dijo: -“Ella permanecerá aquí y no habrá discusión”…- LeVerrier sorprendido por la actitud de desafío, replico airado: -“¿Quién te crees chiquillo?…. ¡Sabes muy bien cual es tu posición en la Orden y no tienes derecho a exigir nada, ella se ira es definitivo!…- Allen respiro profundo y con voz resuelta pero calma volvió a increpar a su interlocutor: -“Si quieren volver activar el Arca ella se quedará a mi lado, no hay más que decir”… - Esta afirmación desconcertó notablemente a LeVerrier que nunca se esperó tal acto de rebeldía por parte del joven exorcista, debido a su carácter apacible y su deseo de servir a la Orden. - “¡Como te atreves a contradecirme mocoso… Te arrepentirás por tu descaro!” - replico de nuevo el soberbio Inspector. -“Es mi última palabra”- contestó el peliblanco y sin mediar más palabras dio la vuelta y se dispuso a salir de la oficina… Sin embargo, antes que abandonara la habitación LeVerrier con voz peligrosamente serena le advirtió: ¡Esta vez te sales con la tuya Walker y espero que no te arrepientas, porque sabré como sacarle provecho a esto!… por un minuto Allen se detuvo, pero con una fuerte convicción le contesto al hombre… esbozando una sonrisa para sí… -¡Se que no lo haré!- y sin más salió de allí sin siquiera mirar atrás. Ya fuera de la oficina Allen respiró más aliviado. Sabía que había ganado esa batalla, pero se hallaba consciente que lo más difícil estaba por venir ya que no subestimaba la capacidad de LeVerrier de fastidiarle la vida. Sin embargo, bien valía la pena el riesgo si lograba desentrañar el misterio que se cernía en torno a la hermosa joven y que relación tenía con él. Con curiosidad, vio el relicario que tenía en su mano izquierda resultándole dolorosamente familiar. Era una cadena con un dije de plata en forma de corazón con un grabado de dos ángeles tomados de las manos. Lo llamativo del grabado era que los dos ángeles tenían las alas distintas dándole la apariencia a uno de ellos como las de un pequeño demonio… esto le llamo profundamente la atención al joven, y cuando se disponía a abrir el pequeño dije, un escandaloso gruñido proveniente de su estómago lo distrajo de su objetivo…. –“¡Diablos!… me estoy muriendo de hambre, no he comido nada desde ayer en la tarde en el barco.”-, procedió a guardar el relicario en uno de los bolsillos de su pantalón y dirigió rápidamente sus pasos al comedor, dispuesto ingerir un gran y suculento almuerzo. En el comedor de la orden, Lavi se encontraba sentado junto con Lenalee, esperando impaciente la aparición de su amigo. Extrañamente desde su llegada a la Orden en conjunto con Allen y la enigmática huésped, el más escandaloso de los jóvenes exorcistas se mantenía encerrado en un profundo mutismo que tenía inquieto hasta al mismo viejo Panda. De repente, en el bullicioso salón el silencio se hizo presente con la llegada de Allen. Todos estaban pendientes de los movimientos del chico, que estaba más concentrado en saciar su voraz apetito que en las intensas miradas de las que era objeto… Luego de pedir una gran cantidad de platillos a Jerry, se dirigió sin prisa a donde estaban sus amigos y se sentó a disponer de su almuerzo. El conejo y la china estaban dubitativos, no sabían si preguntarle directamente o esperar que él les dijera lo que había pasado en la oficina del Inspector General. Ya Allen había acabado de comer y estaba a punto de retirarse cuando Lenalee al ver que Lavi no articulaba sonido se dispuso a hablar, pero antes que lo hiciera, el peliblanco les dijo: -“Todo esta bien… no paso nada. Ella se quedara”- y luego les dirigió su sonrisa característica y se retiro de la mesa. Ambos chicos se quedaron pasmados… que le habría dicho Allen para convencer al inflexible LeVerrier de la permanencia de la joven en la Orden. –“No te preocupes Lenalee hablaré con él”- le dijo el pelirrojo a la chica que tenia una cara de profunda preocupación y levantándose rápidamente de la mesa siguió presurosamente a su amigo. Ya fuera del comedor y de las miradas de todos, Allen dirigía sus pasos rumbo a la enfermería. Estaba impaciente por saber de las condiciones de la chica y poder hablar con ella, sentía que su presencia le había devuelto algo que había perdido luego de la conversación que llevara con su maestro y en la que se develo la verdad de su ser. Detrás de un concentrado Allen, un Lavi presuroso se acercaba vociferando repetidamente: - “Allen… Allen… espera…” – sin embargo, este no oía el llamado de su amigo. Simplemente caminaba hacia adelante, pensando en el sentimiento de… ¿esperanza?… que había nacido en su abatido corazón. De repente sintió como lo tomaban del hombro y paro súbitamente, Lavi jadeante le había dado alcance. Por un rato ambos se miraron. Al peliblanco ya se le había hecho extraño que su amigo no lo hubiese abordado antes. Esperó con paciencia el bombardeo de preguntas que nunca llegaron, solo un -“Vas a verla, verdad”- salió de los labios del pelirrojo, a lo que contestó afirmativamente con la cabeza. -“Voy contigo…”- le dijo finalmente Lavi a su amigo. Al cabo de unos segundos Allen con curiosidad interpeló a su acompañante: -“¿No me preguntarás que le dije al Inspector General?”-. Lavi lo miro y respondió: -“Si no quieres contarme, no lo haré”-. A lo cual Allen respondió con un aliviado -“Gracias”- y sin mediar más palabras ambos se dirigieron pausadamente a donde estaba la joven. Mientras caminaban en silencio el joven aprendiz de bookman rememoraba los hechos vividos durante los últimos dos días. Con diligencia fue detallado cada palabra dicha, cada movimiento ejecutado, cada situación desde el momento mismo en que encontraban en el tren, el fortuito encuentro con la nívea, hasta el momento mismo de su llegada a la orden. Lavi se había extrañado de sobremanera cuando Allen intempestivamente y convertido en el Payaso Coronado lo dejo atrás sin responder a su pregunta, pero su sorpresa fue aun mayúscula al hallarlo en feroz lucha con el mismísimo Conde para proteger a una jovencita de no mas de quince o dieciséis años, que observaba pálida y muda la pelea. Alrededor se podía ver los restos esparcidos de tres Akumas. Lavi trato de acercarse pero Allen le grito que tomara a la chica y que la protegiera a como diera lugar. Presuroso Lavi se acerco a ella y en un rápido movimiento la alzó en brazos y la llevo cerca de unos árboles, la deposito en el suelo y se colocó en posición de defensa como si esperara el ataque sorpresa de algún enemigo. Al descampado Allen luchaba con determinación, no bajaba la guardia. Ambas espadas chocaban constantemente, ninguno de ellos daba tregua. Sin embargo el joven exorcista estaba agotado, había luchado con tres Akumas antes que apareciera el Conde y sus heridas no habían terminado de cerrar. A pesar de su empeño Allen resbalo y callo, el Conde estaba a punto de asestar un golpe que pudo haber sido mortal si no hubiese sido por la intervención de alguien…. Durante todo ese tiempo ella había estado observando aturdida la batalla. En un principio el temor que había experimentado al ver a ese extraño individuo la había paralizado completamente, pero al advertir la caída repentina de aquel joven que la defendía con ahincó, todo su ser se revelo contra el miedo que sentía y rápidamente corrió a su lado a pesar de que el otro chico de roja cabellera tratada de detenerla. Lo rodeo con sus bazos y trato de protegerlo con su menudo cuerpo, en el instante en que el Conde dirigía su espada contra ellos, un extraño resplandor los envolvió y dos inmaculadas alas surgieron de la espalda de la chica. Súbitamente se detuvo el ataque y con rabia contenida el Conde se dirigió a ella: -“Así que ya despertaste de tu sueño pequeña”, “disfruta del poco tiempo que te queda junto al payaso blanco… porque volveré por ti”- y sin más desapareció de lugar. La nívea suspiro y miró profundamente a un aturdido Allen, tomo sus manos y le entregó un pequeño objeto, el cual recibía atónito. Luego la joven en un suave murmullo exclamo: -“Al fin te encontré”- y cayo desmayada en sus brazos. Lavi se apersono rápidamente para ayudar a ambos jóvenes. Con preocupación se percató del deplorable estado de la chica que reposaba en los brazos de su amigo, sus manos y pies estaban muy lastimados, tenía pequeñas heridas y rasguños que sangraban profusamente, además de múltiples cardenales que se comenzaba a entrever en su delicada piel y su respiración era entrecortada. -“¡Debemos atenderla!”- exclamo y trato de quitársela a Allen de los brazos, pero este se rehusó tajantemente. Por nada del mundo quería separarse de ella, con las pocas fuerzas que tenia se levantó con ella en brazos para trasladarla a un mejor sitio y así curar sus heridas. De nuevo hablo Lavi y le dijo: -“Allen no sea irracional. ¡Tú también estas herido!... déjame llevarla… cerca de aquí vi una cabaña… creo que es un refugio, vamos para allá”-… Con reticencia Allen se la entrego a su compañero y emprendieron juntos el camino a su próximo resguardo. La cabaña estaba deshabitada pero por suerte encontraron algunas provisiones, mantas y medicamentos. Seguramente era un refugio de cazadores, por lo que no creían que nadie se presentará allí y les reclamara su presencia. Luego de atender las heridas de ambos, Lavi decidió que lo mejor era pasar la noche en el sitio. Estaba casi seguro que el Conde no regresaría a buscarlos de nuevo. Encendió el hogar con algunos maderos y preparó un estofado con los alimentos que había en la despensa. Al mismo tiempo, Allen arreglaba un improvisado lecho en donde recostó con delicadeza a la joven, mientras un inquieto Timcampy revoloteaba a su alrededor. Después de comer, Allen rompió el silencio: -“Tenemos que llevarla a la orden, no la podemos dejar sola”-, Lavi miro a su interlocutor y le contestó: -“Estoy de acuerdo”. “Tenemos que saber quien es ella y por que el Conde la persigue”-. -“Pero hay un problema”- acoto Allen. –“No creo que Komui sea problema Allen” - “¡Lavi me refiero a LeVerrier!”. “¿Que crees que pasará si entera de que el Conde va tras de ella y además de su habilidad?” Lavi lo pensó un momento: -“Tienes razón”… “Ese bastardo no dudaría en utilizarla como conejillo de indias” -“No sabemos si es portadora de una inocencia o es algo más…”- Allen callo y pensó en las palabras de su amigo, si la llevaban a la orden tenían que permanecer callados y no decir nada de lo que había pasado para protegerla, guardar otro secreto a los que quería era una pesada carga pero tenían que hacerlo… Por su parte Lavi luchaba con su deber como bookman y su amistad por Allen, esta última ganó a cualquier razonamiento y se prometió a sí mismo a ayudar en lo que fuera a su compañero. Finalmente, tras un acuerdo tácito los dos exorcistas se fueron a reponer fuerzas ya que al despuntar el alba tendrían que comenzar de nuevo con su camino de regreso a la orden… Lavi salió de sus remembranzas… Ya habían llegado a su destino cuando le preguntó a su acompañante: -“¿Allen y en donde esta Timcampy?”-… “Desde que volvimos a la orden no lo he visto a tu lado”… “No lo se Lavi, creo que fue directo con mi maestro”… “Ya vez que no quiso entrar con nosotros a la oficina del Jefe Komui”… y luego de estas palabras ambos chicos entraron a la enfermería… En otro lugar de la Orden, un golem dorado proyectaba imágenes de lo que fue una dura batalla… Un hombre de largos cabellos rojos, veía impasible las escenas mientras fumaba un cigarrillo y tomaba una copa de vino. -“Estúpido aprendiz y ahora que harás”… “¿Podrás protegerla esta vez?”… “¿O la historia se repetirá de nuevo?”...-
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| | | Nair Mugiwara-B50
Cantidad de envíos : 25 Edad : 34 Localización : donde menos lo esperes Fecha de inscripción : 05/01/2009
| Tema: Re: FICS: EL CORAZÓN DEL MÚSICO...by Arriam Lun Ene 05, 2009 3:25 pm | |
| wow, que sorpresa arriam, posteaste el fic de allem , como dijo kuro...ahora los demas podran ver lo bien que escribes, aca una de tus seguidoras | |
| | | Kurogane Administrador
Cantidad de envíos : 426 Edad : 37 Localización : En la luna... Fecha de inscripción : 25/11/2008
| Tema: Re: FICS: EL CORAZÓN DEL MÚSICO...by Arriam Lun Ene 05, 2009 4:25 pm | |
| eso arri animaté y en cuanto al relato de Kuro & Tomoyo yo estaria encantado de ayudarte amor, esperamos con ansias que subas tus capitulos pues escribís re lindo y este relato es de mis favoritos | |
| | | arriam Mugiwara-B50
Cantidad de envíos : 23 Edad : 42 Localización : Tratandole de quitar la mascara a Kakashi... Fecha de inscripción : 01/12/2008
| Tema: Re: FICS: EL CORAZÓN DEL MÚSICO...by Arriam Miér Ene 07, 2009 11:41 pm | |
| Hola a todos, por motivos personales no habia podido actualizar, pero no se preocupen sigo con la historia. Saludos y besos a todos y gracias por su apoyo. - Spoiler:
CAPITULO III
Memorias perdidas. Un nuevo comienzo.
Corría desesperada por aquel largo e interminable pasillo. La sensación de desasosiego y de soledad la sobrecogían, una obscuridad la envolvía y no encontraba la paz anhelada.
Sabía que estaba buscando a alguien importante para ella. Lo llamaba incansablemente. Abría puertas esperando hallar su rostro, escuchar su voz y fundirse en su abrazo, pero solo le esperaba la nada, el profundo vacio y al final solo estaba ese odioso ser…
El la esperaba con su risa macabra, sus pequeños ojos y sus palabras irónicas: -“El no vendrá por ti… resígnate a tu destino”…- y luego un dolor punzante en su pecho, la espada ensangrentada, un lagrima solitaria, el frio apoderándose de su ser y un nombre que moría en unos pálidos labios antes de ser pronunciado…
Despertó sobresaltada de tan angustiosa pesadilla, con lágrimas en los ojos que opacaban su visión. A su lado dos jóvenes la observaban preocupados… expectantes. Ella no supo que decir, estaba confusa, desorientaba. Profusas imágenes se agolpaban en su mente aturdiéndola cada vez más e impidiéndole diferenciar el pasado y el presente. Trato de levantarse pero sus piernas doloridas no respondían, se sentía tan indefensa e imposibilitada…como odiaba sentirse así. Ocultó su rostro en sus manos vendadas y sus lágrimas volvieron a brotar.
No reconocía el sitio donde se hallaba. Quería huir… necesitaba urgentemente salir de allí, ya que en cualquier momento ese ser la encontraría… tenía que escapar… ocultarse... encontrar a su tutor… tenía tanto miedo.
Allen viendo la agitación de la joven trato de calmarla. La tomo delicadamente de las manos y suavemente le dijo: -“Todo estará bien, nadie te hará daño…. estamos aquí para ayudarte”…- “Mi nombre el Allen y él es Lavi no te preocupes nosotros te protegeremos”… - y luego de estas palabras busco en su bolsillo y le entrego el pequeño relicario. Al ver la joya el desasosiego y la inquietud que hace momentos experimentaba se esfumaron… una imagen clara de cómo le había entregado al chico ese preciado objeto llego a su memoria.
Un suave “Gracias” salió de sus labios. Su voz era suave, dulce diáfana, aunque un poco trémula por el conglomerado de emociones que hasta ahora había experimentado. Levanto lentamente el rostro y fijo su mirada a la del joven peliblanco. Nunca Allen había visto unos ojos tan negros y profundos como la noche, además de grandes, expresivos y brillantes por las lágrimas derramadas.
Allen se quedo embobado por tan penetrante mirada, su cuerpo se estremeció como gelatina y sintió como sus mejilla ardían furiosamente. Antes debido al fragor de la batalla, la premura de atender sus heridas y llevarla a un lugar seguro, el chico no había reparado en su aspecto.
En realidad la chica era hermosa, poseía una nariz respingada y unas delineadas cejas que eran en su rostro oval un marco perfecto para esos impresionantes ojos, además de unos tersos y carnosos labios rojos como fresas que invitaban a probar su dulce sabor.
Su largo y sedoso cabello azabache caía como cascada, contrastando de sobre manera con el alabastrino tono de su tez. Su constitución era delgada, pequeña pero muy bien formada. En su ensoñación Allen se pregunto como seria tomar a esa delicada criatura por su breve cintura y acercarla a su cuerpo… poder sentir su calor, tocar su piel, degustar su sabor e impregnarse de su aroma a violetas…
Ese olor a violetas era tan familiarmente conocido, tan añorado que hizo a Allen remontarse inconscientemente a otro tiempo, a otro lugar. A una habitación completamente blanca, llena de luz… Ella estaba allí, a su lado entonando una melodía ya conocida con su delicada voz mientras él tocaba el piano. Luego al terminar, la veía entre sus brazos… Ella voluptuosa, sensual y etérea se entregaba mansamente a la pasión de sus labios. Podía sentir el roce juguetón de su lengua contra la suya y el palpitar agitado de su corazón….
Por su parte la chica detallaba al joven con detenimiento. Tenía una llamativa cicatriz que le surcaba el ojo izquierdo y parte de la mejilla, sin embargo sus facciones y su porte eran atractivos a la vista. Sus ojos grises transmitían seguridad y decisión aunque podía intuir en ellos un dejo de tristeza. Esos melancólicos ojos hacían un atrayente contraste con su cabellera blanca la cual se le antojaba suave al tacto. Su sonrisa era amable pero firme. En su semblante se denotaba fuerza y determinación y su voz cálida le resultarle muy familiar así como tranquilizante.
Se le hacia tan conocido, tan cercano que un deseo de abrazarlo creció en ella y una indefinible emoción embargo su corazón. Se vio así misma alzando su mano y proporcionarle a ese rostro una delicada caricia, mientras que de sus labios brotaba espontáneamente un: “me gustan… tus ojos y… ¡Tu cicatriz... es hermosa!”... que sorprendió por igual a ambos jóvenes.
Al percatarse de las palabras dichas y el gesto realizado la jovencita se sonrojo completamente deslizando la mirada hacia un lado avergonzada de su audacia, acción que la hizo lucir más adorable ante los ojos del peliblanco y con voz casi inaudible se disculpo con un: “Lo siento”…
Allen que había reaccionado de su visión por tan suave roce se quedo más que desconcertado ante tal afirmación, en realidad no sabia que responder, ni como actuar… su corazón se agito como nunca y en lo más profundo de sí se sintió feliz…
Lavi observaba divertido toda la situación, en realidad su pequeño amigo estaba pasmado por la chica y había que reconocer que ella era un verdadero primor… si no fuese por que ya alguien ocupaba su corazón el strike se hubiese presentado de inmediato y la cortejaría irremediablemente. Sin embargo, nunca espero que el cándido Allen se interesara de manera tan notable por una mujer, por lo que se le antojo que este seria muy buen motivo para molestarlo y sacarlo de quicio en sus ratos de aburrimiento.
Dispuesto a abochornarlo más de lo que estaba, Lavi se acerco a Allen y le susurro varias frases jocosas en las cuales lo comparaba con su maestro y le sugería que le pidiera a este algunas lecciones y consejos para poder así conquistarla. Esto hizo que el chico se quedara de una pieza, pero antes de poderle responder a su amigo con un merecido golpe, la puerta de la enfermería se abrió dándole paso al Jefe Komui que deseaba ver a la pequeña invitada.
Luego de saludar a los chicos y sin mucho preámbulo Komui fue directamente a la nívea y con una sonrisa amable se presento: “Bienvenida pequeña soy Komui Lee jefe de la sección científica, te encuentras en las instalaciones Orden Oscura, espero que te sientas mejor.”
Komui había decidido que lo mejor era decirle la verdad a la muchacha e invitarle a quedarse como miembro de la Orden, pensaba que así se ahorrarían un problema con LeVerrier que por demás estaba insoportablemente molesto después de haber hablado con Allen.
Además, luego de su llegada a la Orden y de recibir el escueto reporte de Allen y Lavi, había mandado a investigar inmediatamente el suceso con uno de los buscadores que se encontraba en esa región, por lo que se enteró de la destrucción del viejo internado y la inexistencia de sobrevivientes de la tragedia.
A pesar de que ya sabía la respuesta le pregunto: -“¿Tienes algún pariente?”- La joven que miraba con atención al chino desde su llegada respondió compungida: “No, no tengo a nadie”… y una lagrima solitaria recorrió su pálida mejilla.
Bajando de nuevo la mirada y luego de un profundo suspiro prosiguió: “Mis padres murieron luego que yo naciera y hace cinco años que no he visto, ni sabido nada de mi tutor... la únicas personas que podría haber llamado familia estaban allí”…-
Komui viendo la tristeza reflejada en el rostro de aquella pequeña le dijo: -“Si lo deseas puedes quedarte con nosotros… aquí estarás protegida y desde ahora seremos tu familia”… “Todos los que estamos en la Orden de alguna u otra forma hemos perdido a alguien querido por culpa de esos seres que atacaron tu hogar”…-
La joven mujer dudo un momento, se sentía culpable por lo que había pasado en el internado… Por ella, ese ser había destruido todo sin miramientos y sabia anticipadamente que si se quedaba allí, los habitantes de ese lugar pudieran sufrir el mismo destino…
Allen que estaba atento a las reacciones de la chica pudo entrever la duda y el miedo reflejado en sus ojos y la posible negativa de quedarse en la Orden… unan voz interna le decía que debía intervenir antes que ella diera su respuesta, por lo que le dijo: -“Por favor quédate, así ya no cargaras esa cruz tú sola… Yo… yo estaré siempre contigo”-, esta última frase la dijo cargada de tal ansiedad y anhelo, que hizo que lo mirara con los ojos muy abiertos…
Ante tal petición el corazón de la nívea comenzó a palpitar locamente. Una sensación cálida se anido en su pecho no pudiendo negarse así misma, que a pesar del riesgo y lo extraño que pareciese, deseaba quedarse por sobre todo al lado de aquel chico para siempre….
-“Me llamo Jade”, repuso la joven -“Jade Crow”- y por primera vez una radiante sonrisa hizo aparición en su antes lloroso rostro. -“Jade”- repitió Allen saboreando el nombre pronunciado…
El Supervisor en jefe se dio cuenta de inmediato de la irrefrenable atracción que existía entre la joven pareja por lo que se alegro internamente de ello, ya que el joven exorcista se merecía experimentar un poco de felicidad después de tanto sacrificio y antes que un final incierto se cerniera sobre él. Además, así podría descartar a Allen de la lista de posibles pretendientes indeseables que rondaban a su querida Lenalee y que estaban dispuestos a quitársela…
De repente una voz fuerte y fría retumbo en la habitación haciendo temblar de terror a los presentes… -“Supervisor Komui creo que usted y estos chicos deben retirarse ya… La hora de visita terminó…”- esas fueron las palabras de la Enfermera en Jefe que venia preparada para hacer el cambio de vendajes a la hermosa doncella. –“Ya es hora de que mi paciente descanse y ustedes no ayudan en nada… solo estorban”- y con estas palabras saco a empujones a los tres hombres de la habitación.
Esa noche el sueño tardo en llegar para la pareja de jóvenes. Cada uno en sus aposentos recordaba el intenso encuentro y la excitante sensación e estar uno al lado del otro… así como el despertar de emociones desconocidas totalmente para ambos, que los hacían sentir por primera vez realmente vivos. Sin duda un rayo de esperanza iluminaba las almas entristecidas de esos dos seres, que de alguna forma con su fortuito encuentro comenzaban juntos un nuevo camino…
NOTA: Tengo problemas para que los capitulos me salgan ordenados, cada vez que trato de cambiarle la letra, organizar los parrafos y centrar los titulos queda asi como lo vieron, por lo que desistí por mero aburrimiento y fastidio.... | |
| | | Kurogane Administrador
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| | | | arriam Mugiwara-B50
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| Tema: Re: FICS: EL CORAZÓN DEL MÚSICO...by Arriam Jue Ene 08, 2009 5:43 am | |
| Subido Capitulo cuatro, espero que les guste...saludos. - Spoiler:
CAPITULO IV
Nueva Vida. En la Orden Oscura.
Al día siguiente a primeras horas de la mañana y más por curiosidad que por petición de su excéntrico hermano Lenalee se presentó en la enfermería para conocer a la recién llegada, llevando consigo algo de ropa para la chica que sabia por Lavi solo había llegado con un camisón y un pequeño collar como únicas posesiones.
Desde un primer momento ambas jóvenes ya sea por tener casi la misma edad o por ser parte del mismo sexo se sintieron identificadas la una con la otra, formándose de inmediato un fuerte lazo de camaradería y amistad, que dígase por intuición sabían que duraría para siempre.
Para Lenalee era una alegría tener cerca a otra chica de su edad con la que pudiera hablar y compartir intereses inquietudes e ilusiones similares, cosa que a veces se le hacia difícil con Miranda o con otra de las mujeres que habían en la Orden.
Para Jade la presencia de la otra chica resulto ser un bálsamo para su alma, por que a pesar de haber compartido con varias jóvenes en el internado ninguna le había ofrecido su amistad en forma tan sencilla y sincera como lo había hecho la china.
Luego de ayudarla a asearse y arreglarse, Lenalee procedió a contarle sobre la vida en la Orden y sobre cada uno de sus habitantes, y en especial algunas anécdotas divertidas sobre Allen, Lavi y Kanda.
Jade en cambio le relato lo que fue su vida desde que había llegado al internado desde pequeña y sobre la noche del suceso omitiendo con precaución detalles sobre su tutor y sobre la aparición del Conde en su búsqueda…
Luego de lo que fueron horas de agradable conversación la china se despidió de la azabache para continuar con sus responsabilidades y así dejar descansar a su nueva amiga, no sin antes prometerle que la visitaría con regularidad mientras estuviera convaleciente de sus heridas.
Ya a solas y haciendo caso omiso a las indicaciones de la enfermera en jefe sobre la necesidad de mantenerse en el lecho por la gravedad de sus lesiones, la nívea intento incorporarse sobre sus heridos pies pero un dolor punzante la cegó por completo e hizo que se precipitara irremediablemente. Sin embargo, la inevitable caída nunca llego porque se vio de repente en brazos de aquel joven de cabellos blancos y hermosos ojos grises que la llenaban de emoción.
Después de luchar consigo mismo y con su molesta timidez, Allen había decidido ir a visitar de nuevo a la jovencita que no le había dejado conciliar el sueño en gran parte de la noche. Se sentía un poco confundido y hasta avergonzado por las sensaciones que experimentara desde el momento mismo de verse reflejado en aquellos sublimes ojos color de la noche.
Debía admitir que le fascinaba esa chica y que deseaba tenerla entre sus brazos, trémula y anhelante como en su visión… comiéndosela a besos hasta quedar ambos sin aliento y llenos de gozo…
Sus mejillas se colorearon de rojo violentamente ante tal pensamiento y un lánguido suspiro salió de sus labios. –“¡Dios que le estaba pasando!”- pensó. Se sentía como un verdadero pervertido por el solo hecho de imaginársela así tan sensual y tan suya… por lo que se convenció que muy a su pesar la influencia nefasta de su maestro ya estaba haciendo mella en él. -"Dios parecerse a su maestro...eso si seria patético de su parte"- se dijo.
Tratando de dejar a un lado este último pensamiento tan deprimente entro a la enfermería, entonces vio como aquella dulce ninfa hacia un mohín doloroso y se precipitada contra el suelo al ser incapaz de sostenerse por sí misma. Sus rápidos reflejos lo llevaron de inmediato hacia ella y prontamente le sujetó por la breve cintura pegándola completamente contra su cuerpo y evitando así su caída.
En su afán de sostenerse y en un impulso la chica había pasado sus brazos por el cuello del peliblanco, acercándose con ello más a él. Ambos quedaron mirándose frente a frente, pegados uno al otro en un abrazo más que agradable.
Podían sentirse uno al otro. Experimentar la calidez de sus cuerpos, el palpitar de sus corazones al unisonó, sus aromas a violeta y a sándalo que los embriagaba y el deseo contenido de ambos de probarse mutuamente. Jade sin pensar entreabrió sus labios en una inocente invitación. Allen ante este gesto la estrecho más contra su cuerpo haciéndola estremecerse toda.
Sus cuerpos se reclamaban, se amoldaban perfectamente entre sí. Sentían que no era la primera vez que se encontraban así, que ya antes en un oscuro pasado se habían pertenecido en incontables ocasiones. Podían percibir el roce de sus alientos chocar en sus sonrojados rostros… la excitación no se hizo esperar y ya cuando el unir de sus bocas era casi inevitable… un estruendoso ruido los sacó de su embelesamiento.
La puerta de la habitación había sido abierta de un golpe y el escándalo se hizo presente… era Lavi acompañado de un gruñón Kanda y un contrariado Krory que habían sido arrastrados por el impetuoso conejo para conocer a la grácil dama, llegado en el momento menos oportuno e interrumpiendo algo que hubiese sido muy placentero.
Lavi al ver la situación comprometedora de la pareja le lanzo una exclamación al peliblanco:-“¡Oye Allen… así que no pierdes el tiempo! ¿No?… ¡me hiciste caso y le preguntaste a tu maestro!, ¿verdad?…- Kanda por su parte viendo una perfecta oportunidad para molestar al chico le dijo a su vez: -“¡Hey!... Brote de Habas… así que resultaste un pervertido… ¡odio a los tipos como tú!”. Krory en cambio no dijo nada, pero en su mirada se dejaba entrever un toque de censura.
Allen y Jade se encontraban totalmente avergonzados ante la embarazosa situación. La chica que no podía hacer frente ante las miradas curiosas de los tres exorcistas oculto rápidamente su rostro en el pecho del chico. Por su parte Allen para no incomodarla más de lo que estaba se contuvo de responder los alegatos de sus compañeros e ignorándolos levanto con sumo cuidado a la nívea y la acomodo en el lecho.
Como traída del cielo apareció la enfermera en jefe: -“¿Que escándalo es este?”... “¡Salgan ya todos de aquí!”. “¡Este no es un mercado para que estén gritando!”…- y sin darles tiempo saco a los tres molestos exorcistas de allí.
Allen estaba más que agradecido por la intromisión, pero cuando se disponía a hablar con la joven, la enfermera se dirigió a él y le espeto: -“Eso va contigo también jovencito, por hoy ya no hay más visitas”… “Regresa mañana”. “Ella debe descansar”….- Al peliblanco no le quedo más que ceder pesadamente y retirarse del lugar, no sin antes despedirse de su doncella con un delicado beso en el dorso de la mano.
Luego que se marchara Allen de la habitación y la enfermera la ayudara acomodarse mejor en la cama, no sin antes llamarle la atención por la imprudencia cometida y advertirle que podía lastimarse más si forzaba caminar antes de tiempo, Jade pudo reflexionar más tranquila sobre su situación y lo que seria su vida de ahora en adelante.
Tenía la certeza absoluta que el quedarse en la Orden Negra no solo implicaba ocultarles la verdad de su situación, sino también que los pudiera poner a todos en un inminente peligro. Odiada no ser totalmente sincera con aquellos que le estaban ofreciendo amistad y resguardo irrestricto, pero intuía que eso era lo mejor para protegerlos de las repercusiones que podía tener su permanencia en aquel sitio.
Sin embargo, el que el Conde la hubiese encontrado tan pronto y el despertar repentino de su habilidad eran algo que no podía dejar pasar por alto. Además, estaba la posibilidad de que los dos jóvenes exorcistas que la habían ayudado hablaran y le preguntaran sobre “aquello”.
Es por eso que debía por sobre todas las cosas encontrar a su tutor, tarea que no sería nada fácil ya que hacia cinco largos años que no sabía nada de él. Ni una carta que le indicara su paradero, ni siquiera una llamada por teléfono. La única evidencia de que estuviera vivo eran los esporádicos envíos de dinero para sufragar sus gastos en el internado.
Su tutor era un hombre especial y extraño, un poco irresponsable así como un jugador, bebedor y mujeriego empedernido… pero le quería a pesar de todos sus defectos. Fue el único padre que conoció, ya que los propios habían muerto en extrañas circunstancias tres años después de su nacimiento.
Evocaba los continuos cambios de escuelas de que era objeto y sus cortas visitas. Nunca tuvo lo que se llamara un verdadero hogar, pero estaba consciente del porqué, y sabia perfectamente que eso fue lo mejor que él pudo hacer por ella, su forma de protegerla del Conde. Lo extrañaba en realidad y necesitaba escuchar su voz para que le dijera que todo estaría bien aunque no fuese verdad.
El Conde… -“¿que querría en realidad ese monstruoso ser de ella?’”- pensó. Cada vez que se lo preguntaba a su tutor este evadía responderle y solo le decía que lo sabría en el momento indicado.
Recordó también una frase que no llego a comprender en su momento pero que ahora cobraba un nuevo significado por las continuas y extrañas visiones que la apremiaban… -“Cuando el despierte de su sueño, tu también lo harás”… decía él con reserva, “Su destino será tu destino”. “Ustedes están unidos por un lazo más fuerte que la muerte”... y luego callaba sin dar más explicación.
Se acurruco más en la cama como buscando seguridad y repentinamente sus pensamientos divagaron hasta encontrarse con la imagen del chico de ojos grises y sonrisa fascinante. –“Allen”- murmuro y la simple mención de ese nombre la hizo sentirse confiada y feliz.
Rememoro los momentos vividos en sus brazos aquella tarde. El sobresalto, la excitación y el ardor que nació en su interior durante ese breve y estrecho contacto. Nunca había experimentado algo así, salvo en sus sueños. Llevó lentamente sus dedos a sus labios y los toco suavemente –“Como seria un beso de aquella boca seductora”- y con una pequeña sonrisa y ese pensamiento se quedo profundamente dormida.
En otro lugar de la Orden un pensamiento similar acometía al chico de blanca cabellera. Se había retirado con evidente renuencia de la habitación donde estaba la alabastrina sin poder completar lo que se había desencadenado por aquel inesperado abrazo.
Estaba más que seguro que si sus compañeros no lo hubiesen interrumpido tan abruptamente él habría podido disfrutar las mieles de esos jugosos y apetitosos labios… -Pero en que estaba pensando… él no era así, nunca se había comportado de esa forma con las mujeres. Ninguna lo había hecho desear antes, saber que era lo que se sentía estar intimidante con alguien… pero ella tenía un extraño efecto en él.
En realidad esa chica le tenía su sentido común de cabeza. A su lado se sentía pleno, completo como si una parte e él había vuelto para sacarlo de esa incertidumbre que era su vida. En ese momento Allen se dio cuenta de que se estaba enamorando irremediablemente de ella y a pesar de su condición no quería hacer nada por evitarlo.
Sabía que no le era completamente indiferente. Lo pudo sentir cuando la tuvo en sus brazos, anhelante y entregada a él. Quería repetir prontamente esa experiencia, volver a tocarla y perderse de nuevo en esos insondables ojos…
Antes que pudiera seguir con sus cavilaciones volvió a escuchar los gritos de Lavi por el pasillo llamándolo…. Allen suspiro de nuevo y se preparó mentalmente para las seguras bromas que le acometería su incansable compañero.
Durante los siguientes días las visitas de Allen a la enfermería se hicieron más que frecuentes, sin embargo, nunca pudieron estar completamente a solas ya que siempre alguien irrumpía en el lugar a la misma hora que el chico para hablar con Jade. La situación ya comenzaba a irritar al calmado Allen quien no terminaba de explotar en su frustración, debido a las dulces y tiernas miradas que le otorgaba la nívea.
Poco a poco el lazo que unía a la joven pareja se estrechaba aun más hasta el punto de intuir su cercanía. De igual forma, las situaciones comprometedoras se sucedían con inusitada frecuencia, sin embargo no llegaban a más por que eran interrumpidas en los momentos más cruciales por alguno de sus compañeros y en especial por Lavi que se complacía de sobremanera en molestar a su joven amigo.
No había pasado ni dos semanas cuando llego el día en que le fueron retiradas las vendas y verificar si sus lesiones estuviesen sanadas completamente. Esta ocasión fue aprovechada por Komui para conversar con la joven sobre su futuro en la orden.
Komui le había asignado a Jade una habitación en el ala donde se encontraban la de los exorcistas y con cierta intencionalidad cercana a la de Allen, lo que le menciono sin pudor y disimulo alguno, haciéndola sonrojar hasta la medula de los huesos.
De igual forma, le explico con detalles lo que era en realidad la Orden Oscura, quienes eran los exorcistas, y las funciones de cada departamento y el fin último de esa organización. Jade escuchaba atentamente sin interrumpir a su interlocutor, por lo menos ya tenia una idea más clara a quien se estaba enfrentando y su verdadera intención, lo que no entendía completamente era el porque de su interés por ella.
Conoció a cada uno de los que trabajaban en el departamento de ciencias y disfrutaba de las constantes quejas y peleas con el Supervisor Komui por no tener su oficina en buen estado y libre de papeles. Por su parte Reever, Johnny, Russell y los otros miembros del grupo estaban encantados con la delicada joven y la ayudaban en todo lo que podían.
Poco a poco Jade con la ayuda de Lenalee fue incorporándose a las tareas cotidianas de la Organización. También gracias a ella y a Lavi pudo conocer a todos los de la Orden Negra, sus particularidades y sus historias. Desde su llegada se habían comportado con ella más que amablemente, la habían hecho sentir como parte de esa extraña pero unida familia, por lo que prontamente pudo considerar a ese insólito lugar como su propio hogar.
Mientras tanto un hombre de largos cabellos rojos y enigmáticos ojos observaba con detenimiento todos los movimientos de la chica desde el anonimato: -“Así que te quedaras, esta es tu decisión”- se dijo, -“bueno creo que ya es hora que nos volvamos a ver… mi pequeño angel”…
Nota: Haga lo que haga los capitulos me siguen saliendo así de desordenados....me rindo... | |
| | | Kurogane Administrador
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| | | | Nair Mugiwara-B50
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| Tema: Re: FICS: EL CORAZÓN DEL MÚSICO...by Arriam Sáb Ene 17, 2009 1:55 am | |
| bueno arriam, auque yo ya voy adelantada con tu historia, la eh buelto a leer de nuevo jejeje...y no creo que haga falta repetirte que me encanta tu fic...saludos | |
| | | arriam Mugiwara-B50
Cantidad de envíos : 23 Edad : 42 Localización : Tratandole de quitar la mascara a Kakashi... Fecha de inscripción : 01/12/2008
| Tema: Re: FICS: EL CORAZÓN DEL MÚSICO...by Arriam Dom Ene 18, 2009 11:08 pm | |
| Hola, hla, bueno aqui vengo con el capitulo cinco....disfruten la lectura. - Spoiler:
EL CORAZÓN DEL MÚSICO CAPITULO V Declaración. Bienvenido a casa.
Ese día era especial. Allen regresaba al cuartel general después de una de sus misiones en la Rama Asiática luego de un mes de larga ausencia. Las pruebas constantes al arca y la búsqueda incansable de la inocencia del corazón imposibilitaban que pudieran verse con la frecuencia que ambos deseaban. Lo extrañaba en verdad… añoraba ver sus ojos y escuchar su voz. Solo el recuerdo de su primer beso la consolaba desde su partida y hacía la espera un poco más llevadera. Se sorprendía de sobre manera la forma en que el peliblanco se había adueñado de su alma y metido en su piel. Su primer beso… el solo recordarlo hacia que se estremeciera de pies a cabeza, que sus mejillas se colorearan furiosamente de un tono carmín y que su corazón latiera inclemente… Ese primer beso no fue nada casto e inocente, sino todo lo contrario… definitivamente Allen no era tan tímido e ingenuo como aparentaba… Sucedió un día antes de su partida. La joven se encontraba sumamente triste pero trataba de disimularlo para no inquietar ni incomodar a su apreciado amigo. Solo Lenalee percibía su actual desazón al ver el dolor reflejado momentáneamente en sus ojos mientras su hermano Komui le comunicaba a Allen su próxima misión. Sin más decidió intervenir para que de alguna manera Allen terminara de declarársele a Jade sin ningún tipo de interrupción. Era evidente para todos los de la orden que esos dos sentían algo el uno por el otro, sin embargo cuando creían que la tan esperada declaración se realizaría sin contratiempos algo o alguien estropeaba el momento. Con la excusa de que Komui necesitaba unos libros y unos informes de los archivos principales de la central para enviarlos a la Rama Asiática, Lenalee y Lavi habían arrastrado literalmente a la pareja hacia la biblioteca donde se encontraban los mismos y luego con una excusa poco creíble e inverosímil los dejaron solos y sin una idea clara de donde buscar. El cómo se vieron involucrados en esa tarea, ni ellos mismos lo sabían. Simplemente se encontraron hurgando en una serie de anaqueles polvorientos y bajando varios tomos antiquísimos de alquimia y ciencia, que habían sido rápidamente apuntados por Lavi en un papel antes de irse. El último libro que necesitaban para completar su trabajo se encontraba en una de las repisas más altas de la estancia, lo que requería que uno de los chicos se subiera a una escalera que parecía no muy estable. Debido a que Jade era la más liviana, decidieron que ella se encargaría de bajar el grueso tomo y Allen se quedaría abajo sosteniendo la desvencijada escalera y así evitar un resbalón. Todo ocurrió cuando el inquieto Timcampy que desde su llegada a la Orden no se le despegaba por nada a la chica, “involuntariamente” la hiciera perder completamente el equilibrio por su constante e incansable revolotear. La caída fue prontamente amortiguada por el cuerpo de Allen, quedando la azabache comprometedoramente encima del aturdido peliblanco. Azorada en un principio y angustiada luego por la semiinconsciencia del joven, Jade comenzó a llamarlo sin respuesta alguna. Inmediatamente las lágrimas empezaron a brotar de sus ojos como un manantial desbordado. Al sentir las cálidas gotas en su rostro Allen reacciono de manera rápida y tratando que se calmara la estrecho contra sí. Ella suspiró aliviada al ver que este se movía y sin pensarlo se abrazó a el con fuerza inusitada diciéndole entrecortadamente: -“¡Gracias a Dios!… ¡Tenía tanto miedo de que algo te hubiese pasado!… ¡No me asustes así!”… “no me lo perdonaría”…- y rompió de nuevo a llorar desconsolada. Siguiendo un impulso Allen comenzó a enjugar las lágrimas que rodaban por las mejillas de la nívea con besos cortos, gentiles y suaves, los cuales detenía momentáneamente para musitarle dulcemente palabras de aliento y consuelo. –“Tranquila pequeña… Estoy bien… Siempre he sido un cabeza dura y un simple golpe no me hará daño”.- Sin embargo los sollozos de la nívea no hacia sino incrementarse más, hasta que en un arrebato exploto diciendo: -“¡No quiero que te vallas!… ¡No quiero que te alejes de mí!… ¡Tengo miedo de no volverte a ver!… Yo… ¡Tengo miedo de perderte!”…- Tal intempestiva declaración hizo que Allen abriera los ojos del desconcierto… la sorpresa inicial dio paso a una sensación de alegría que lo llevo a abrazarla más contra su cuerpo. Lentamente fue acercando su boca a la de ella y suavemente se posesiono de sus labios… Al principio solo fue un roce incipiente… una caricia delicada que poco a poco fue aumentando en ritmo y presión. Suaves suspiros eran arrancados constantemente de la joven y luego de unos minutos de sensual juego que parecieron más bien una eternidad, entreabrió sus tersos labios para darle paso a la lengua de chico. Mientras el joven exorcista exploraba con glotonería la jugosa cavidad, la hizo girar lentamente sobre sí misma, posicionándose impúdicamente sobre ella. Jade emitió un ahogado gemido cuando lo sintió tan pleno sobre su cuerpo… Sus brazos que antes estaban sobre el pecho de Allen se ubicaron alrededor de su cuello atrayéndolo más cerca de ella para profundizar el beso. Asimismo comenzó a acariciar rítmicamente su cabello disfrutando con deleite su suavidad. Allen en cambio, degustaba incansable la boca de la azabache tal cual como lo hacia en sus más locas y eróticas fantasías… succionaba y mordía constantemente esos turgentes labios para luego volver apoderarse de ella y retozar jubilosamente con su lengua, mientras sus manos comenzaban a explorar atrevidamente el torso de la delicada joven. En cada roce, cálidas olas de placer estremecían enardecidamente a los jóvenes cuerpos impulsándolos a experimentar más… Poco a poco la cordura se escapaba de sus mentes para dar paso solo a las sensaciones… hasta que un ruido fuerte y seco proveniente del exterior hizo que ambos reaccionaran tomando conciencia de sus acciones. En la entrada de la biblioteca el Viejo Panda le había propinado al conejo uno de sus estrepitosos y cotidianos golpes. Lavi que se había quedado a vigilar e impedir que nadie entrara a molestar a la pareja, no pudo evitar quedarse profundamente dormido frente a la puerta del lugar, acción que fue reprendida por el mayor de los Bookman y entendida como uno de los tantos desaciertos de su inmaduro aprendiz. Cuando abrió la puerta del recinto con un sobresaltado Lavi detrás que trataba de distraerlo, el anciano encontró a dos nerviosos y atolondrados jovencitos con la excitación a flor de piel, los ojos brillantes casi resplandecientes, los labios rojos e hinchados y la respiración entrecortada, tratándose de arreglar sospechosamente sus desajustados uniformes. Los miro largamente e imaginándose lo sucedido no hizo ningún comentario al respecto, salvo que se fueran de la biblioteca a caminar y a “tomar aire” ya que mucha falta les hacía luego de “tanto trabajo”… y luego como murmurando para sí soltó en forma enfática y sarcástica una palabra: –“Hormonas”- haciendo con ello enrojecer más a la agitada pareja. Salieron del lugar lo más rápido que pudieron y dirigieron sus pasos sin mediar palabra alguna al comedor… entre más gente entre ellos mejor para evitar tentaciones como la de hace un rato… Ambos entraron al concurrido salón con cabeza baja, tomados de la mano y en un profundo mutismo. Inmediatamente todas las miradas se posaron curiosas en los chicos cosa que los hizo sentir más incómodos que antes… Lenalee que en ese momento se encontraba tomando sus alimentos junto a Miranda y Krory en una amena charla, sagazmente pudo advertir el cambio de actitud de la pareja por lo que supuso que su plan de dejarlos solos para que se sinceraran sobre sus sentimientos habría tenido éxito y con una picara e inusual sonrisa en su lozano rostro se dijo que buscaría una forma muy placentera de compensar a Lavi por haberla ayudado. Al día siguiente Allen, junto con Link, Lavi y el anciano Bookman, procedieron a partir al cuartel asiático utilizando el arca como medio de transporte. Jade melancólicamente observaba apartada en un rincón a Allen mientras este terminaba de recibir indicaciones del Jefe Reever y el Supervisor Komui. Justo antes de partir Allen se acerco en forma callada a la muchacha y sin previo aviso la estrecho fuertemente entre sus brazos susurrándole al oído. –“No te preocupes pronto regresare a ti… Te amo”…- y sin más le dio un fugaz beso cerca de la comisura de sus labios, para luego retirarse hacia sus compañeros de viaje. La chica aturdida por la súbita declaración, no tuvo tiempo de reaccionar, solo pudo ver a Allen como partía tratando de no romper en súbito llanto. Con un nudo en la garganta y sus ojos cuajados de lágrimas solo logró distinguir por última vez la sonrisa afable de quien le había robado irremediablemente el corazón… fue en ese mismo instante que se dio cuenta que se había enamorado de él. Luego de un mes de añoranza y lejanía Jade se sentía inquieta y con el alma en un hilo. No sabía como iba a reaccionar ante su llegada, quería decirle tantas cosas… abrazarlo y probar de nuevo sus labios. Tal era su estado de agitación que ya había cometido varios errores, las cosas se le caían o no encontraba la información que necesitaba, le había puesto sal al café en vez de azúcar, tiró en un descuido una pila de archivos recién organizados, confundió los sellos y otras torpezas poco comunes en ella… su mente estaba hecha un caos. En su escritorio Komui observaba con divertido interés el comportamiento de la joven pelinegra, aunque no podía evitar tener un dejo de preocupación por su frágil situación. No se arrepentía de la decisión de haberla colocado a trabajar en la sección científica como asistente del jefe Reever, de cierta forma era la mejor manera de tenerla cerca y protegerla de cualquier jugarreta que tuviese pensada el Inspector General LeVerrier, quien frecuentemente preguntaba por la chica y su proceso de adaptación a la Orden. Ese hombre no le gustaba para nada por sus métodos y por la forma tan cruel y despectiva de tratar a sus subordinados, como simples peones que se podían descartar si el caso lo ameritaba. Su intuición le indicaba que si se lo permitía buscaría la manera en utilizar a la chica en sus experimentos o de controlar a Allen ya que de alguna forma se estaba convirtiendo en su talón de Aquiles. Pero mientras ella estuviese bajo su cuidado como ahora no dejaría que LeVerrier se aprovechara de la situación. Esos dos chicos merecían la oportunidad de ser felices el tiempo que les quedara juntos y él concedería la oportunidad. Estaba seguro que esa muchacha era alguien especial. Lo percibió desde el mismo momento en que la vio, además lo había dejado inquieto la extraña conversación que recientemente había tenido con el General Cross en la cual de forma aparentemente distraída le advertía que se debía cuidar con celo a la pequeña joya que recientemente llegara a la orden. -“Te aconsejo que no dejes que LeVerrier se fije mucho en ella… No es alguien común y quien sabe si en un futuro nuestras vidas estén en sus manos”…- fueron las palabras enigmáticas de Cross a Komui quien se sorprendió ante las mismas… -“Es una valiosa joya, hay que guardarla como un tesoro, será una hermosa y muy buena mujer… Espero que mi estúpido y apestoso aprendiz cuide lo que el destino le ha colocado en sus manos”…- La llegada de los viajeros era inminente. El Jefe Reever, Johnny y los demás miembros de la sección, así como el Supervisor Komui y Lenalee se encontraban presentes para el arribo de los exorcistas. Estaban ansiosos porque Allen traía consigo dos nuevas inocencias y cualquiera de ellas podría ser el corazón que tanto buscaban. El primero en salir fue Timcampy que inmediatamente se fue a donde se encontraba la nívea, colocándose en su cabeza igual como lo hacia con Allen. Le siguieron el anciano Bookman y Lavi su joven aprendiz, luego Link y finalmente Allen. Al verlo, Jade, llevada por un impulso irracional salió corriendo a su encuentro y abrazándolo le dijo –“Bienvenido a casa”- y sin más lo beso efusivamente para sorpresa de él y de los presentes. En seguida Allen le correspondió con un entusiasmo similar y luego culminado el prolongado beso le respondió con su peculiar sonrisa –“Estoy de vuelta”-.
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| | | Kurogane Administrador
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| | | | Nair Mugiwara-B50
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| Tema: Re: FICS: EL CORAZÓN DEL MÚSICO...by Arriam Sáb Ene 24, 2009 3:29 am | |
| que lindo que es allen (pero no tanto como mi kanda)...yo tambien quiero que Allen limpie mis lágrimas con besitos jejeje.... esperando el siguiente capitulo!!! | |
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| Tema: Re: FICS: EL CORAZÓN DEL MÚSICO...by Arriam | |
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| | | | FICS: EL CORAZÓN DEL MÚSICO...by Arriam | |
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